nunca me despedí
de mi tio Gino,
ni la tía E,
ni el tío Beto...
por eso a veces
cuando vuelvo,
quiero saber de ellos,
y freno la pregunta
en los dientes...
nunca funeral
ni cajon
ni lagrima
menos flor...
solo el recuerdo
de calidas mañanas
en Iquique,
tío Gino y su furgon
lleno de yogurt
y jugos de piña de litro...
tía E y su chispa de vida,
esos palillos perdidos
para rascar sus yesos de años...
tío Beto
y la chuchá a flor de labios
la risa surround
los Ray Ban eternos...
los extrañaré
por siempre
con la pena repartida
en todos los años
que quedan,
el sollozo piolita
entre la logia de la cocina...
1 comentario:
quines nos abandonan..siempre están..en nuestros recuerdos...como los caidos en dicatdura...como los niños víctimas de ADN.....si no somos nosotros quienes los traen a la memoria....no estarían..siga recordando y sigamos trayendo la realidad a nuestro mundo!
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